para dormir (pero es temprano) ::foto de manu::

miércoles, 19 de marzo de 2008

Ahí

Usted está aquí (y te lo señalan con una crucecita). Y así creemos que sabemos donde estamos parados. Me pregunto si sabíamos acaso donde estaban los artistas que escuchamos cuando escribieron alguna de sus canciones? Es un dato que, a mi parecer, hace más de lo que parece a la magia de un tema.

Embarquémonos al año 1967, cuando se edita por la RCA el pimer simple de Los Gatos, con el tema "La balsa" en el lado A. La canción fue compuesta por Litto Nebbia y Ramsés VII (José Alberto "Tanguito o Dónovan" Iglesias).
En el libro Pequeñas anécdotas del rock de acá (p.a.r.a) de Ezequiel Ábalos, en la primera parte más precisamente, cuando se habla de La Cueva, Billy Bond dice: "Tanguito también aparecía, pero no entraba mucho a La Cueva porque era menor de edad, igual que Medina. Llegó un momento que la policía venía todos los días, se puso insoportable, y los chicos en vez de parar en la esquina empezaron a encontrarse en La Perla del Once. Esto pasa, pasa el tiempo hasta que alguien nos pone una bomba en La Cueva, me acuerdo que cuando explota yo estaba atrás de todo y estaba lleno de gente, serían bombas de efecto pero dos veces nos tiraron una bomba y decido cerrarla."
Gráficamente el libro cuenta con dos partes separadas cronológicamente, y en cada banda que se nombra, se hace una introducción, la palabra de un artista y debajo la letra de una canción. Para La Cueva, Ábalos eligió "Los tipos de La Cueva", de Javier Martinez. Lo menciono porque me parece una buena canción para sacar la foto del lugar en nuestra cabeza y pecho.

Siguiendo el curso del río, en La Perla del Once, en el baño, cuentan que una madrugada, Tanguito dijo "Estoy muy solo y triste acá en este mundo de mierda" y eso serían los primeros versos de uno de los himnos del rock nacional.
En el libro Las mejores entrevistas de Rolling Stone (libro que me regaló "a la mejor mujer"), hay un mano a mano con Litto Nebia y se le pregunta:
Y la vieja y polémica leyenda de "La Balsa", la coaoutoría con Tanguito?
"El escribió el comienzo. "Estoy muy solo y triste acá en este mundo de mierda". Le saqué eso porque no me gustaba. Para qué, si ya sabemos que es un mundo de mierda, no? No me gusta decir "puta madre" así porque si."

En otro libro, El Paladín de la Libertad, de Juanjo Carmona (que ya he citado para la sección hismentos) hay un párrafo que habla sobre la época de La Perla y dice: El mozo va una y otra vez hasta la gran mesa para pedirles silencio y a veces tienen que terminar los temas en el baño. "Era increíble la cantidad de canciones que surgían", recuerda Litto Nebbia, quien compone ahí el tema La Balsa junto a Tanguito.
Más adelante en este esfuerzo inconmensurable biográfico, se cita a Miguel Abuelo: "En La Perla compuse mi primera canción en un tono y vertiginosamente me puse a hacer temas y a cantárselos a la gente. Todos juntos éramos una gran usina, nos aguantábamos los temas unos a otros, nos dábamos coraje y nos corregíamos los errores. Hablábamos de música, de filosofía, éramos todos poetas. Ahí dejé de pensar en escribir La Historia Universal de la Realidad y decidí vivirla..."

Ahora, propongo que vayámonos desde el baño de La Perla del Once a una fiesta en la casa de Piri Lugones en el Hogar Obrero de Rivadavia.

Dice Claudio Gabis, en el libro p.a.r.a: "Después me enteré que era una fiesta montada para que Jorge nos conociera porque había estado con Pedro (Pujó) en Nueva York, habían visto la movida allá y habían decidido hacer un sello y todo lo que se pudiera. En esta fiesta Jorge se pone a conversar conmigo y con Javier, nos cuenta lo que pensaba hacer y nosotros no lo podíamos creer. Algunas noches antes había hecho mis incursiones por las vías de Avellaneda con Luis Gambolini, porque tenía y todavía tengo el amor por los trenes, y hábía compuesto una base de blues a mi manera y había hecho un bosquejo de letra que empezaba con "vía muerta, tren de carga". En esa fiesta, que había un ambiente muy especial por lo que nos habían ofrecido, nos sentamos con Javier en el suelo, en un rincón abajo de una ventana que daba hacia Rivadavia, le mostré el tema y en ese mismo momento terminamos la letra. Terminamos quiere decir que Javier puso esa cantidad de poesía porque yo tenía una letra descriptiva y el la convirtió en poesía. Ahí nació y se concretó "Avellaneda Blues", yo me llevé la letra y al otro día la empezamos a ensayar..."
La letra que eligió Ezequiel para ilustrar esta anécdota, lógicamente es "Avellaneda Blues."

Eternos deambulantes seguimos viaje para retornar como en Vuelve Peluca, a una quinta en Castelar.

Luis Alberto Spinetta volvía de Brasil y Europa.
Amaya volvía de la casa de Pappo.
Ya en la segunda parte del libro p.a.r.a, Black Amaya dice: "Salgo de la casa de Pappo, me tomo un taxi, cuando el taxi agarra por la calle Arribeños lo veo al Flaco en la puerta de su casa como pensando, medio colgado, saco la cabeza por la ventanilla y lo saludo. Cuando me ve pega un salto, paro y me pregunta si no toco más con Pappo, le digo que no y me invita a pasar a la casa. Agarra la criolla y me muestra unos temas, "El blues de Cris", "El jardinero"... Me acuerdo que no teníamos un peso, hicimos una vaquita y compramos una sidra para festejar el encuentro. De ahí empezamos a conseguir los equipos para ensayar, estábamos fundidos, a mí me faltaba parte de la batería, tenía un tambor, un pedal de bombo y un plato y él tenía solo su violita. Lo llamamos a Bocón para tocar el bajo y Jorge Pistocchi nos alquiló una quinta en Castelar para ensayar. Ahí componemos "Dulce 3 nocturno"..."
Este es un tema hermoso que tendrá su post propio. Además es el que acompaña al capítulo de Pescado Rabioso, en el micro radial del Sr Ábalos.

En http://www.dospotencias.com.ar pude leer a Spinetta contando: "Dulce Tres Nocturno: El número tres representaba al grupo. La canción fue escrita de noche, iluminados por una vela en una quinta donde ensayábamos. El tema tiene un significado muy fuerte, porque una nueva etapa se abría para mí y para ellos."


Con la ayuda de Mabel Lernoud, la mamá de Pipo Lernoud, me compro un pasaje ficticio, porque el real pasaporte a las nuevas aventuras fue para Miguel, y lo acompaño a España.

En la investigación periodística de Carmona, hay un capítulo en el que Miguel relata: "Cuando me fui de la Argentina dejé completamente la música. Salí de acá con mucha mufa, pensaba que en todo el mundo era igual. Me metían en cana todos los días, apalaeaban a mi gente. Y yo dije me voy, no quiero saber nada. Me costó tres años en Europa recpureramre de eso, ver que en otros lugares se podía hacer cosas."

Así se fue a vivir a la casa de unos hippies en Cadaqués. Y para los que ya leyeron mi comentario sobre "El largo día de vivir", quizás esto resulte repetitivo, pero el tema fue compuesto en el borde de una ventanita que daba a una fosa, y a Miguel le copaba sentarse ahí.

El vagabundaje, si es artístico vale la pena que sea eterno. Seguramente hay más lugares en la cartografía del rock a lo largo del tiempo. Estos son simplemente alguno de esos rinconcitos que hacen de excepción a la frase si las paredes hablaran. Baños, quintas, cuartos, pisos, cárceles (recuerdo que Miguel cantaba en su celda cuando estuvo preso), trenes, son como vientres para canciones. Y todo lo que eso significa.

Es evidente que las madrugadas tienen algo. Escribí eso para un tema que hice justamente porque me daba cuenta de que a esa hora, entre la cruda noche y el amanecer, la cabeza trabaja extrañamente bien (no es mi caso) pero con las historias de estas canciones algo de certeza puedo tener.

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