para dormir (pero es temprano) ::foto de manu::

miércoles, 5 de marzo de 2008

Tendencias

Te compro una revista para el viaje. Eso me decía mi gran viejo. En este mes y medio maomeno he estado viajando al cerro y tengo bastante tiempo arriba del bondi, así que mientras esperaba un día, me compré la Rolling Stone (revista que hace mucho tiempo no compraba) y había adquirido producto de un vuelto que me sobraba, por última vez en inglés en otra travesía un poco más lejana. Compré lo que hubiese sido y es, para papá y pa mí la revistita para el viaje.

En la edición de febrero de 2008, la de la tapa de Radiohead, salió un artículo titulado "El futuro de la música" en el que cuarenta artistas opinan sobre el tema. Dan su punto de vista sobre internet, las discográficas, las canciones, las bandas nuevas y los que le dicta su parecer y/o (creo) su corazón.
Después de leer en tandas, cada reportaje, subrayé con resaltador (naaa, no da decir el color)... subrayé (bueno ta, si me lo piden así, rosadito..).. subrayé.. (bueee che, pero porque no había otro!) subrayé algunas cosas que me interesaron y que apuntan a lo que se perdió o quizás transformó. Sinceramente no estoy muy seguro sobre eso de que nada se pierde, todo se transforma. Creo que hay cosas que si se pierden, y después habrá y vendrán otras cosas para decir. Pero no son las anteriores transformadas, son únicas (no necesariamente positivas) y nuevas.

Lo primero que rescaté fueron palaras de Walas (cantante de Massacre): hablando de cuando era adolescente "Había mérito en la búsqueda del conocimiento cuando el premio era descubrir y haber llegado a tal o cual banda de rock. Creo que éramos más románticos..."

James Murphy (cantante y productor de LCD Soundsystem) comenta sobre el pasado: "Yo no tenía internet, y no estaban todas esas grandes cadenas de negocios. Iba a pequeñas tiendas de música donde los que te atendían se burlaban de las cosas que comprabas. Y había cosas en la pared que podías agarrar. Estabas mirando para encontrar Born in the U.S.A y de pronto te encontrabas con Let It Be de los Replacements o algo por el estilo."

Cuando era chico, Conor Oberst (cantante y compositor de Bright Eyes, banda que confieso fue una de las tantas que me atrapó por la tapa de uno de sus cds), dice: "Había una tienda en Omaha llamada el Antiquarium. Era un lugar increíble. Los dos pisos arriba eran una librería de usados. En el sótano vendían discos, era exactamente como uno imagina una tienda indie, mayormente vinilos. Gente sentada detrás del mostrador, fumando y hablando de música. Ahí aprendí un montón sobre música de todos los géneros. Es triste pensar que lugares como ese estén desapareciendo."

Estas son partecitas nomás, y la verdad es que me identifiqué mucho con cada una de estas opiniones.
Como no tengo ningún periodista que me pregunte, me he autopreguntado y quería compartir con ustedes ese "cuando yo era chico..." teníamos en casa un equipo de música que era en la parte de arriba un toca disco, tenía una bandeja para poner un cd, y dos pasa cassettes. Mi viejo no nos dejaba ni a mi hermana, ni a mí, tocarlo al principio, hasta cierta fecha en que nos prometió que ibamos a poder usarlo. Yo no tenía muchos cds porque en casa nunca habíamos tenido como escucharlos, así que empecé a pedir prestados. Tampoco tenía muchos vinilos porque el tocadisco no funcionaba. Lo que más tenía era cassettes, originales muchos, y grabados otros. Eran como un bien conyugal las cintas, le revisaba las cajas a mi hermana y ella me revisaba las mias, comprábamos trojas de cassettes vírgenes, yo los grababa y ella que tenía linda letra les hacía las tapas y le ponía la info. Cuando complotábamos juntos, le revisábamos a mamá, una especie de estuche profesional tipo discjockey que ella tenía. Así nos íbamos curtiendo.
Comprar un cassette o un cd era todo un tema porque no teníamos nuestra propia plata fruto del trabajo, teníamos algunos ahorros y a veces teníamos que pedir, pero cada tres meses maomeno, porque un cd era LA compra. La espera consistía en ver quien se iba de viaje a Brasil, para traernos música (ahí siempre hubo cosas que por Argentina y Uruguay no) y bueno si alguien se iba más lejos era terrible ceremonia. Realmente como dice Walas, éramos más románticos. Regalar un cassette era tirarle onda a una chica, a Gaby, mi hermana le regalaron uno que de vez en cuando lo resucitábamos diciendo "Ché, y ete de donde lo sacaste?" "Este me lo había regalado un novio que yo tenía.."
Atravesábamos mil peripecias para acceder a música, que incluso a veces no sabíamos de antemano que estaba buena, pero confiábamos en nuestra intuición o en el boca a boca, de bocas sabias.

La disquería como institución, siempre fue para mí demasiado importante. Tengo presente que las escuelas y el amor son instituciones sagradas también, y creo profundamente en ellas. Pero las disquerías son como una segunda casa. Es el lugar para no dejar de sorprenderse, de aprender, de admirar. Muchas veces ha funcionado como dijo Murphy, de vidriera para conocer otras bandas, y porque no, personas también.
Son todo un antro hermoso y cada una busca en su escencia crear su propio espacio mejor. Y lo logran. Lamentablemente como dice Oberst, son una expecie en extinción. Recuerdo haber ido una caminando por la calle St Catherine, en Canadá, y era chiquita como consultorio de hospital descuidado, con la antítesis de ser muy cuidada aunque con olor a desprolija. Era caminar por los angostos pasillitos y husmear los cds entre hilachas invisibles. También había comics. Sentí vibras cuando estaba ahí adentro. Ni hablar que no estaba a la altura del cordón. Había que bajar las clásicas escaleritas tipo sótano.

Puede que esto sean solo recuerdos desalentadores para quien añora y pretende repetir esos momentos. Puede que sean más que solo recuerdos. Son pedacitos de memoria de más de una persona, entre las que me encuentro, y creanme no soy una de esas personas que creen en el "yo ya la viví". Estoy para vivirla con los que no la vivieron y la quieren vivir, sea una buena o mala experiencia (no el sentido de malvada, sino en una difícil). No sirve de nada haberla vivido y esperar que llueva (es un bajón, si hace una semana viene lloviendo ya). Haberla vivido es hacer algo respecto a lo que nos tocó. Hacer algo, es en muchísimos casos ayudar.

Se que me desvié un poco de la música, digo un poco porque en la última parte no me referí exclusivamente a la reina madre de la inmensidad (la música es la reina madre y ya no se hable más). Pero aunque a veces más y a veces menos, sigo sintiendo esa cosquilla en la panza y la inversión de tiempo que significa ir a comprar un cd o descubrir una banda nueva. Ese icomparable ritual de llegar con algo a casa, desembolsar el arte y todo el concepto que hay detrás de un disco, y tirarse en la cama a escuchar y mirar el librito.
Eso es vida.

3 comentarios:

JLL dijo...

Che, está bueno lo que escribís. El amor por el disco y las pequeñas disquerías está cada vez más fuera de moda, pero yo también lo siento así. Y siempre respeté mucho a los músicos que son también "fanáticos de la música", que escuchan otras cosas, buscan, son inquietos. Creo en eso, aunque parezca cosa de la Edad de Piedra.
abrazo
Joey

mardefueguitos dijo...

(Estoy para vivirla con los que no la vivieron y la quieren vivir)eso me gustó. habla muy bien de usté.
.
recuerdo el casete de sumo que coqui me paso para que escuche... hace muuuuchos años atras, cuando eramos purretas. muchos sentimientos y vivencias se pueden guardar en un rectángulito de plástico!
ojala aun lo tenga. se lo voy a recordar y tmb le voy a agradecer... ella me presentó a mi amigo luca.
.
aguante rambla la lectura en la cama!
.
abrazo
asiiiiiiiiiiiiiii
de grande!

el winco verbal dijo...

Que lindo post!
Me acuerdo que la primer canción que escuche de Rock fue Yesterday.
La pasaban por la radio, dede pequeñita me llamo la atención la radio y la musica también veia los sábados BADÍA Y COMPAÑÍA y allá descubrí a sumo, Soda, Charly, etc.
Como a mi me gustaba mucho la radio y recién venia el auge de las fm venian unos programas dedicados al rock y rarezas que los pasaban después de la media noche, te juro que en veranome la pasaba navegando por el dial.
De alli recato unos programas que me marcaron: EL HOTEL DELOS CORAZONES DESTROZADOS, que era una especie de comic's radial y entre los dialogos entre los personajes habian temas. Después Otro que se llamaba LOS NIETOS DE MOZART.
A partir de ellos jugo el cassette y asi pude capturar canciones.