para dormir (pero es temprano) ::foto de manu::

viernes, 11 de julio de 2008

Página 82

"Durante esa pesadilla." Así termina el párrafo anterior al que le sigue que empieza:

"En una prisión tan precaria se aprende rápidamente a cambiar la concepción del tiempo. Se trata de creer que siempre es de noche, que siempre es hora de dormir. Y se sueña, despierto o dormido, conversando o comiendo, es el primer recurso que el crerebro aprende a desarrollar: evitar las cadenas asociativas que se refieran a lo que está sucediendo. Así que se vive siempre en un futuro probable o en un incierto pasado remoto, aunque la marañana asociativa siempre se abre paso hasta alcanzar la maldición del presente. Efectivamente, en la cárcel te vas volviendo un poco loco. El Lacra conservó durante toda su vida ese mecanismo protector de la cordura que consiste en evitar el procesamiento de datos y recuerdos sobre los hechos del presente."
Enrique Syms, "El señor de los venenos".

Yo sé que no puedo comparar mi situación con la de aquél que vivió en una prisión, pero metafóricamente me voy a castigar y me voy a permitir hacerlo, porque a veces ni todo el aire es sinónimo de libertad.
No me interesa tampoco contar mis experiencias y supongo que el único motivo de esta entrada es sentir ese no puedo más (pausa) no puedo más, y después viene el quiebre, la impotencia de estar tan resignado como desesperado, las canciones que ahora ya no te calman, las ganas que dejan de existir, el corazón que te duele físicamente y por todo.
Saber que por un tiempo uno no podía esperar a que sea de noche durante el día. Y después no querer en realidad que sea de noche y que mejor llegue el día para no sufrir de noche. Pero tampoco querer que sea de día en realidad, para no tener que levantarse.

Ese antecedente existe. Está. En definitiva y en silencio tengo miedo de que vuelva a pasar. Que se yo. Soy un bobo también. Y no tengo más ganas de escribir.

1 comentario:

mardefueguitos dijo...

"Al anochecer, en la laguna que había detrás de los grandes árboles, cientos de sapos y ranas asomaban sus bocas a la superficie y, como orquesta le cantaban a una enorme luna roja. Al Lacra la psilocibina le abrió un agujero por donde escaparon todas las construcciones de su identidad. (...) Aquel venenoso duende que usaba el hongo como escafranda(tierno)desgarraba todas sus creencias, convertía sus recuerdos y asociaciones en un diluvio de pesadillas. Magnífico e insoportable cucumelo que te desenmascara completamente. mientras llorás en el escenario de los actos, tu propio fantasma aplaude y se apena."

conozco al Lacra. estoy cerca de la página 82.
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go on rambla
=)